Tras ser protagonista del artículo del mes de octubre pasado, el furgón taller Nfha-603 deberá dejar paso a sus compañeros de ferrocarril de origen, que también merecen mención. No solo el referido vagón llegó de tierras vascas al ferrocarril berciano. En total fueron 5 furgones y 5 coches de viajeros los que procedentes del Ferrocarril del Bidasoa acabaron sus días en el Ponferrada-Villablino.
El coche C-16 del Ponferrada-Villablino, original del Ferrocarril del Bidasoa, se conserva en la actualidad en pedestal, ejerciendo de oficina de turismo en la localidad de Villablino. |
Los demás furgones
Fotografía de fábrica de los furgones del Ferrocarril del Bidasoa. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril |
Como se dijo en su momento, el ferrocarril del Bidasoa adquirió 39 vagones de bogies de diversos tipos, entre los que se encuentra la serie X con 12 ejemplares. 82 vagones de ejes para transporte de mineral y 18 coches de viajeros completaban el parque remolcado. La serie X-1 a 12 son furgones cerrados con dos bogies del tipo americano Diamond, construidos por la Fábrica de Vagones de Beasain de la Sociedad Española de Construcciones Metálicas, evolucionada en su forma jurídica a la actual CAF. Diáfanos en su interior, constan de un portón desplazable en cada lateral, y 6 trampillas respiradero, en dos grupos de tres a ambos lados del portón, también por cada lateral. En un extremo disponen de una garita para el guardafrenos. Su caja es de madera con estructura metálica.
En marzo de 1958 llegaron al Ponferrada-Villablino 5 de los 12 furgones, que se renumeraron F-601 a 605. Cada uno sufrió reformas de diferente magnitud. En el artículo de octubre de 2016 detallamos lo ocurrido con el 603, transformado en furgón taller, perdiendo la garita y varios de los aireadores, y siendo decorado en gris.
En marzo de 1958 llegaron al Ponferrada-Villablino 5 de los 12 furgones, que se renumeraron F-601 a 605. Cada uno sufrió reformas de diferente magnitud. En el artículo de octubre de 2016 detallamos lo ocurrido con el 603, transformado en furgón taller, perdiendo la garita y varios de los aireadores, y siendo decorado en gris.
El F-602 sufrió una relevante transformación: Fue metalizado, perdiendo también la garita del guardafrenos. En su lugar se instaló un habitáculo con acceso exterior para el jefe de tren, y en el testero opuesto tres jaulas perrera.
Las otras tres unidades se limitaron a cambiar su color en el Bidasoa por el verde habitual en el P.V., con franja amarilla a media altura como en el caso de los coches de viajeros. Hoy en día solo se conserva el furgón taller F-603, siendo los demás desguazados.
Los coches de viajeros
En abril de 1959 también llegaron al P.V. 5 coches de viajeros procedentes del clausurado ferrocarril del Bidasoa. Otras fuentes indican que fueron adquiridos el 6 de marzo de 1958 y puestos en servicio el 12 de junio de ese mismo año, a falta de mayor confirmación. En aquel ferrocarril había 18 coches de viajeros del mismo fabricante que los furgones, repartidos en 6 mixtos AB primera-segunda clases, 7 coches C de tercera clase y 5 mixtos tercera clase-furgón FC. Cinco de los siete coches de tercera clase son los que aterrizaron en el Ponferrada-Villablino. Salvo dos coches que fueron vendidos al Ferrocarril del Urola, el resto fueron desguazados en Forjas de Zubillaga en Azkoitia. De los dos del Urola se ha conservado y restaurado en su estado de origen y perfecto uso uno de ellos, que se utiliza en el tren del Museo Vasco del Ferrocarril.
Sin obtener fuente documental que lo justifique, puede que no todos los coches que vinieron al P.V. llegaran a prestar servicio. Existen varios documentos gráficos con dos vehículos reformados en trenes correo, pero los otros tres vehículos sin reformar siempre aparecen apartados de la circulación.
Al igual que en el caso de los furgones, los coches sufrieron distintos grados de reformas. En El Bierzo se numeraron como C-14 a C18, a continuación de los originales de la línea y los procedentes del Plazaola. Del único que tenemos constancia de la correspondencia entre numeraciones es del C-17 del P.V., que había sido el Cfv 2 en el Bidasoa.
El C-18 era muy característico en el ferrocarril, pues su caja se reformó totalmente hacia 1962 a una metálica con chapa pegaso estriada, con ventanas practicables de marco con esquinas redondeadas.
El C-18 era muy característico en el ferrocarril, pues su caja se reformó totalmente hacia 1962 a una metálica con chapa pegaso estriada, con ventanas practicables de marco con esquinas redondeadas.
Otro de los 5 también fue reformado hacia 1962, el numerado como C-16, pero en este caso manteniendo una cierta coherencia con los demás “terceras” del ferrocarril, con caja exterior y asientos de madera. En ambos se eliminó el linternón del techo y el cierre de los testeros, sustituyéndolos por barandillas en balconcillo como en el resto de coches del P.V.
Como dijimos en el artículo anterior, los coches procedentes del Bidasoa tienen un detalle en estas barandillas en forma de “V”, mientras que los Plazaola lo tienen en forma de “O” y los Carde y Escoriaza originales forman un “8” en toda la altura de la barandilla.
La oficina de turismo de Villablino
De los pocos coches de viajeros que se conservan del parque del Ponferrada-Villablino, uno de ellos pertenece al lote de ExBidasoas. Puede tratarse del C-16, el reformado como “unificado” del ferrocarril, por eliminación. Muy modificado, se encuentra en un pedestal en la plaza de la biblioteca municipal de Villablino, ejerciendo funciones de oficina de turismo. Su techo se ha cubierto de una chapa estriada y ha sido pintado de color marrón, conservando un buen aspecto general.
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