miércoles, 19 de enero de 2022

Rehabilitación del apeadero de Corbón del Sil

La falta de mantenimiento en todas las instalaciones del ferrocarril de Ponferrada a Villablino desde el cese del servicio en 2012 produce un creciente deterioro en infraestructura, vía y servicios. Este efecto es más notable en aquellos elementos que dejaron de usarse hace más tiempo, como el caso de los apeaderos, sin atención desde el fin del tren de viajeros en este ferrocarril, el 10 mayo de 1980. Afortunadamente, en el caso de Corbón del Sil, se ha revertido esta situación.

Estado final de las obras del apeadero, recuperando un aspecto que hacía años había perdido.

Ya habíamos dedicado un artículo anterior de este blog a los cuatro edificios de apeadero del mismo tipo que el construido para dar servicio a la población de Corbón del Sil, del ayuntamiento de Palacios del Sil, a pesar de estar ubicado en el barrio de Cediel perteneciente al Ayuntamiento de Páramo del Sil. También citamos la peculiaridad de no contar con andén, debiendo apearse los sufridos viajeros del tren directamente a la carretera, por lo angosto de la zona.

Frontal del edificio antes de la actuación, aunque ya se había desbrozado el entorno y retirado escombro del interior y alrededores.
La parte más dañada era la del lado Villablino, con el derrumbe de gran parte de su tejado, y la completa disolución de la argamasa en esta fachada.
Fachadas trasera y lado Ponferrada del edificio, las más visibles desde la carretera.
En esta ocasión documentaremos la feliz iniciativa de rehabilitación del edificio, que se encontraba muy deteriorado, a partir del trabajo voluntario y altruista de los socios, voluntarios y simpatizantes de la Asociación Cultural Ferroviaria Berciana (CFB), entidad sin ánimo de lucro fundada en 2008, y la colaboración del Ayuntamiento de Páramo del Sil, entre otras empresas y entidades.

Firma invitada: Jorge Magaz Molina

Agradecemos al investigador Jorge Magaz las palabras que nos envía sobre este apeadero, que complementan lo escrito aquí sobre este edificio:

Los apeaderos de Corbón y Villarino ofrecen los últimos testimonios de esta construcción característica del Ponfeblino, destinada a resguardar a los pasajeros de las áreas rurales intermedias. Aunque hoy ruinosos, puedan parecer modestos edificios, estos apeaderos sostienen una importante parte de la historia del valle del Sil.

Los primeros trabajos consistieron en la retirada de toda la cubierta que aún resistía en su lugar, aunque en muy malas condiciones.

Los apeaderos de Corbón y Villarino comparten el mismo tipo edificatorio: un cuerpo aislado de planta cuadrangular, cubierta a dos aguas de lajas de pizarra sobre entablado machihembrado sostenido por viguetas de madera que descansan sobre los muros. El edificio presenta un zócalo de mampostería irregular que sostiene un característico arco rebajado perfilado con ladrillo rojo visto y que se extiende por el perímetro de la fachada definiendo un entrepaño de mampostería de ladrillo hueco que se presentaba revocado. Sobre la puerta del apeadero se sitúa el letrero con la característica tipografía en art decó y altorrelieve destacando sobre el blanco del enfoscado. El interior acoge una única sala de paramentos revocados y cubierta forrada con entablado machihembrado teñido en su cara inferior. Un banco corrido de mampostería subrayaba la condición de espacio de espera de las y los viajeros.

En la foto de grupo de parte de los voluntarios de la primera jornada se aprecia el desmontaje total de la cubierta antigua, el comienzo de la retirada del revoco antiguo sobre las fachadas de ladrillo, y la extensión, con ayuda de los carriles de la línea ferroviaria, de las vigas y tablas para aplicarles el producto protector para intemperie.
Las obras de rehabilitación del apeadero de Corbón han permitido conocer mejor las características constructivas de estos edificios e identificar distintos revocos, entre los cuales se manejó mortero elaborado con restos de estériles de carbón, práctica común en el período autárquico.

La presencia de ladrillo visto en la fachada permite pensar que esta propuesta se inscribió dentro de un programa de renovación del repertorio arquitectónico de la compañía, complementario al proceso de consolidación de las instalaciones y que se puede reconocer también en las otras edificaciones emblemáticas construidas en los años 30, como las centrales térmicas de Ponferrada y Villablino. 

Llegado el final de la primera jornada de trabajo, los avances fueron grandes: Retirada del tejado original, colocación de las nuevas vigas de madera tratadas y retirada de la gran mayoría del revoco exterior de todas las fachadas, que se completó en la segunda jornada.

El estudio documental desarrollado en los últimos años ha permitido precisar que los apeaderos de Corbón y Villarino responden a un modelo edificatorio común, elaborado desde las oficinas de MSP en torno a 1930. Las fuentes manejadas llevan a pensar que se trataría de una propuesta algo más elaborada que la construcción primitiva, desplegada entre 1919 y 1920 en las localidades donde se instalaron los apeaderos. De estas primeras construcciones no consta que exista descripción gráfica que permita caracterizarla. Únicamente se ha podido localizar un plano firmado en 1919 por los ingenieros Valero Rivera y el marqués de Gaviria para el visado del proyecto de edificios de la línea, y que definía un modesto volumen prismático de 3 paños ciegos, cubierta inclinada y banco corrido en el interior. La pérdida del fondo documental del servicio ferroviario de MSP deja en el aire, entre otras tantas preguntas, si, como ocurrió en el caso de los edificios de las estaciones de viajeros, esta primera solución planteada por los ingenieros servía en realidad de base para definir una envolvente arquitectónica más elaborada trazada por los arquitectos de cabecera de la compañía, Mendoza Ussía y Aragón Pradera.

Aun siendo una construcción sencilla, los apeaderos de Corbón y Villarino constituyen un testimonio fundamental de la arquitectura empresarial de MSP y un elemento característico del paisaje minero industrial del valle del alto y medio Sil.

Los voluntarios, en plena faena de aplicación del nuevo mortero de cemento en las fachadas.
Y estado final de la aplicación. La presencia de una grieta en el arco obligó a una actuación especial en la zona para su afianzado.

La rehabilitación de 2021

El 31 de julio tenía lugar la primera de las jornadas de voluntariado, que se llevaron a cabo durante los siguientes fines de semana del mes de agosto, y siguieron ya puntualmente extendiéndose hasta mediados del mes de diciembre, momento en que se completó la rehabilitación del edificio. Previamente algunos de los socios se desplazaron al edificio para realizar mediciones y valorar las necesidades de materiales y herramientas, así como el desbroce de la zona.

Final de la fase de colocación del nuevo mortero de cemento en las fachadas, así como la adecuación de la zona de cumbrera entre vigas de madera.

El primer día se centró en la retirada de toda la cubierta, formada por las antiguas losas de pizarra en pico de pala clavadas a la tablazón de madera, vigas antiguas y machihembrado decorativo interior, que se encontraban en ruina y ya habían desaparecido casi totalmente en el agua lado Villablino del edificio. Acabado con el peligro de desprendimientos hacia los voluntarios, que no obstante cumplieron en todo momento con normativa COVID y PRL, se comenzó a picar el antiguo revoco de las cuatro fachadas del apeadero, tanto exterior como interiormente. Su composición produjo su completa disolución en la fachada expuesta sin cubierta lado Villablino, lo que ahorró trabajo. En este primer día quedaron además colocadas las cinco vigas de cumbrera, previamente barnizadas.

La colocación de las nuevas tablas para soporte del tejado de losa de pizara se simultaneó con los últimos remates de cemento.

El fin de semana siguiente comenzó el nuevo revoco de las paredes con mortero de cemento, mientras se ultimaba el desescombro del antiguo, a la vez que se adecuaban las partes altas de los muros al encuentro de las nuevas vigas de soporte del tejado.

El avance de los meses hizo que la climatología no fuera tan benigna para los trabajos al aire libre. Aún así, sin esperar a la colocación del tejado nuevo que tuvo que retrasarse hasta finales de año, se fue avanzando en la pintura del interior y exterior, con especial mimo en las letras "CORBON" en el azul original.

Una vez cubiertas con cemento las ocho fachadas, se colocó la tabla del tejado, también previamente tratada, para posteriormente proceder al pintado con color blanco de todas las fachadas, que exigirá remates en la primavera de 2022.

Precisamente la climatología adversa retrasó el siguiente trabajo, que era el de la colocación de la nueva pizarra, que temporal tras temporal quedó por fin culminado el 10 de diciembre.

La fase final de las obras consistió en la colocación de la nueva cubierta de pizarra, por parte de operarios especializados, pues esta tarea delicada debe proporcionar una completa impermeabilización de la estructura de madera.
En todo el proceso se ha buscado una fidelidad absoluta a la construcción original, aunque por las normativas actuales o disponibilidad de materiales se han tenido que tomar algunas pequeñas licencias que no desentonan el aspecto general del edificio. Se logra así que este edificio vuelva a tener un uso para la población cercana, para descanso de turistas y vecinos, y se hace posible la conservación de un elemento patrimonial para las próximas décadas.

1 comentario:

  1. ¿No está Nixterra con temas del Ponfeblino?
    Me pregunto porqué no se mueve este tema al margen de los políticos y las administraciones públicas.
    Se podría empezar con material rodante moderno y ligero, como microbuses adaptados a las vías de ferrocarril. Eléctricos a ser posible para acceder a subvenciones y sellos ecológicos. Podría ser por tramos a medida que se compruebe el estado de la plataforma ferroviaria, raíles y balasto. Desde Ponferrada hasta Santa Marina o Toreno el trazado es muy llano, sería poca la obra de desbroce y adecuación de la plataforma. En Villablino leo que hay un tramo que podría utilizarse ya, como el ramal hacia Caboalles. Si hay tramos de difícil reparación, se dejan en espera, pero lo mejor aprovechable con microbuses se pone en servicio fácilmente.
    Poco a poco se iría reparando cosas más difíciles, como edificios de estaciones, que en el mientras se pueden sustituir por casetas prefabricadas para aseos y venta de billetes.
    Tenemos un buen número de pueblos con población muy mayor que les cuesta un Potosí llegar a Ponferrada o a Villablino al médico o comprar, y un servicio mínimo de correo, para llevar de unos pueblos a otros paquetería o productos, sería de utilidad para el comercio local.
    La estructura ferroviaria es mucho más económica que la carretera, y está ahí aún. Era una infraestructura para muchas toneladas, y unas furgonetas apenas si suponen peso ni cinética sobre esos raíles y subestructura, incluso en los puentes, porque el material rodante de vagones transmite unas cargas muy importantes, pero la rodadura de un vehículo de 4 ruedas para nada en comparación. Todo ecológico y con subvenciones aseguradas.
    ¿Pueden los políticos poner pegas a un proyecto sobre la mesa para una infraestructura que ahora mismo no hace nada?
    Una asociación accedería a subvenciones y proyectos que no pueden ni quieren empresas, el fin no sería un beneficio económico, sino recuperar un trazado ferroviario para transporte público, mejorar las comunicaciones en zonas deprimidas y con pica población: dinero llama a dinero, si hay base, acuden las empresas y negocios....
    ¿Qué se está haciendo? Espero que no esperar a políticos. Se les pone un proyecto seobre la mesa, se pide apoyo a los vecinos para presionar, y se les exige que liberen ese bien común con el que no hacen nada de nada.
    A los políticos se les da órdenes, que deben velar por los electores, y que es lo que hacen con las grandes compañías...... Pedirles es perder el tiempo.

    ResponderEliminar