Fue punto de conveniente repostaje de agua para el tren correo, en un entorno muy fotogénico y que no dudaron en aprovechar los turistas del ferrocarril inmortalizando la operación de carga de agua, cruces y circulaciones en múltiples colecciones fotográficas. De Matarrosa del Sil ha quedado un abundante legado documental de sus tiempos de vapor.