sábado, 23 de enero de 2021

La estación de Matarrosa del Sil del P.V. (1/2)

Fue punto de conveniente repostaje de agua para el tren correo, en un entorno muy fotogénico y que no dudaron en aprovechar los turistas del ferrocarril inmortalizando la operación de carga de agua, cruces y circulaciones en múltiples colecciones fotográficas. De Matarrosa del Sil ha quedado un abundante legado documental de sus tiempos de vapor.

Paso de un carbonero descendente, cargado, con una de las cuatro Alco de la MSP. Matarrosa conserva restos de un pasado de frenética actividad. A la izquierda la antigua vía para cruces, detrás de la locomotora el depósito de agua, y al fondo los restos de uno de sus cuatro cargaderos.

La línea ferroviaria de Ponferrada a Villablino cuenta en su tronco principal con una longitud de 64 kilómetros, y en su punto medio, en el entorno del kilómetro 30, se ubica la población de Matarrosa del Sil. Pertenece al ayuntamiento de Toreno, contando en la actualidad con menos de 800 habitantes. Esta centrada ubicación la hacía punto idóneo para el repostaje de agua y punto de cruce de trenes. Sin embargo, en el proyecto original del ferrocarril firmado por el ingeniero de caminos – y tenista profesional - José María Alonso Areyzaga en 1918, en Matarrosa solo estaba prevista la construcción de un apeadero. Fue en disposición del 23 de julio de 1918 cuando el Ministerio de Fomento, por medio de la Dirección General de Obras Públicas, estableció, a la hora de aprobar dicho proyecto, la obligación de construir en Matarrosa una estación.

Esta y la siguiente, dos deliciosas imágenes del usuario Flickr Gricer1946 en Matarrosa. En la superior, un tren carbonero descendente, cargado, con doble tracción de locomotoras Krauss Engerth, se incorpora a la vía general tras un cruce. A la derecha una de las señales indicadoras de posición de agujas a las que hicimos referencia hace pocos meses. En la inferior, en similar posición y mismo sentido de circulación, el mixto, que aquel día había cambiado su habitual PV31 por la PV11.
Esta vez si, la PV31 en cabeza de su tren. El maquinista aprovecha la parada comercial para revisar alguna de las partes del rodaje de la locomotora. Foto archivo Alejandro Campillo.

El entorno

Se encuentra el edificio de viajeros de Matarrosa del Sil en el punto kilométrico 33,025 de la línea original, P.K. 30,233 desde 1960 con la entrada en servicio de la variante del embalse de Bárcena que acorta el recorrido total casi 3 kilómetros. Con la última kilometración de la línea desde Cubillos del Sil en la última etapa de servicio del ferrocarril, Matarrosa pasaba a estar unos metros más adelante del kilómetro 18,9, época en la que la estación ya no prestaba servicio en la explotación ferroviaria. Entre el baile de kilómetros, la altitud sobre el nivel del mar se mantuvo estable, como no, en los 706 m.s.n.m.

Otro carbonero bajando hacia Ponferrada, en foto de Jordi Escudé. Se aprecia la señal de salida hacia Ponferrada, totalizadora para todas las vías de la estación como explicamos al hablar del Bloqueo Automático en este ferrocarril. Hoy día la carretera cruza la vía en este mismo punto, entre la locomotora y la señal, en el actual puente de hormigón. Al fondo, un vagón en la zona del muelle de mercancías.
El tren de la foto anterior apenas unos metros más adelante. A juzgar por la postura de las dos pequeñas de la derecha, tal parece que estuvieran esperando ver cómo el tren aplastaba una moneda, con el maquinista ajeno a la travesura.

La línea ferroviaria asciende por la ribera izquierda del río Sil, y en ella continúa, mientras que el grueso del casco urbano de Matarrosa se asienta en la ribera contraria. La carretera sí que cruza el río, y lo hacía mediante un puente que también pasaba por encima de la primera aguja de la estación, para ponerse en paralelo a la traza ferroviaria durante unos centenares de metros. Este primer puente fue sustituido por otro de hormigón armado que unos metros aguas arriba encara el trazado con mejor trayectoria, y también apenas unos metros aguas abajo, se creó una nueva pasarela peatonal. La mejora de la carretera al fin de los años noventa, que en su día se quiso vender como una “vía rápida”, sepultó en parte el entorno del edificio de viajeros con un grueso muro de piedras y escombro, para ensanchar el vial, y puede ser causa del deterioro actual de la estación por los empujes del terreno.

Desolador aspecto actual. El ferrocarril sin servicio desde hace años, el edificio de estación amenazando ruina, el muelle de mercancías inexistente... pero sin embargo todo recuperable, con voluntad.

Los edificios

El edificio de viajeros es de planta rectangular de unos 9 x 8 metros con el lado mayor paralelo a las vías, de dos pisos. Es la estación más pequeña de todas las del ferrocarril, y sin embargo incorpora los aseos en su cuerpo. Lo hace como en otros ejemplos de edificios coetáneos, mediante dos estrechas puertas al exterior, en el lateral del edificio lado Ponferrada, de la planta inferior. Edificios más modernos, como Cuevas del Sil, y a pesar de construirse con mayor planta, los aseos son exentos. La estancia del factor y otras dos pequeñas habitaciones completan esta planta a nivel de andén.

Estado actual de las fachadas lado Cubillos/Ponferrada, y hacia la vía. Ni rastro de puertas ni ventanas. Por supuesto qué vamos a esperar de los elementos metálicos como el reloj o la campana. Más adelante aparece el depósito de agua, en color verde.
En foto de Daviz Zamorano hace pocos años. La vía aún se encontraba en uso y el paso frecuente de trenes no dejaba que la vegetación se extendiera a sus anchas. Sin embargo, el resto del entorno de la estación ya presentaba la degradación de hoy día. Apenas se distinguen las letras en relieve del nombre de la estación en su fachada lateral.

El edificio no cuenta con escaleras interiores, y a la planta superior, dedicada a vivienda, se accede por unas escaleras exteriores y una puerta en la fachada posterior, ya despegada del terreno pero a la sombra del muro de la carretera. No sobrevive en la actualidad ningún tabique interior. De hecho, la estancia es en su actual estado, amenazante de ruina, totalmente diáfano. El espacio bajo cubierta no es utilizable, pues el techo de la vivienda era un simple cañizo enyesado.

Desde la carretera, se aprecia cómo el actual muro, construido en la ampliación de finales de los noventa, puede colaborar en el empuje de los muros del edificio, y causar su futura ruina. El acceso al piso superior se hacía por la fachada trasera. Una de las tres puertas del piso inferior se ha taponado casi por completo con escombros de la obra de la carretera.
La ruina del interior del edificio permite sin embargo conocer su solución constructiva. Estructura de vigas de madera para un tejado de pizarra, y mediante cañizo, el techo. De esta manera el espacio bajo cubierta no era aprovechable.

El edificio está construido en piedra, con presencia testimonial de ladrillo, revocado en todas sus paredes, con un ya menguante color blanco. La totalmente inexistente carpintería en puertas y ventanas era de madera, en un tono de gris muy claro. Adornaban las fachadas el reloj y campana habituales, el nombre de la estación en la tipografía típica de este ferrocarril, y dos farolas. La cubierta es a base de pizarra sobre estructura de madera.

Las fachadas trasera y lado Villablino. La escalera exterior de acceso de uno a otro nivel se encuentra en esta parte. La cubierta aún se mantiene más o menos completa, siendo siempre el primer elemento que se destruye de un edificio abandonado, y origen de su acelerada destrucción total. Al fondo, el casco urbano de Matarrosa.
Una fuga en la cubierta, que colabora con el canalón inexistente hace años, es el origen de la desaparición del revoco de cemento de la fachada en esta esquina, que deja al descubierto la estructura de piedra, con presencia puntual de ladrillo, de los muros del edificio.
En foto de Martin Dieterich, con el correo cruzando un carbonero ascendente vacío, se aprecia una estación de Matarrosa llena de vida, como lo atestiguan las flores de la ventana del primer piso. Los trenes de viajeros siempre circulaban por vía general, única con andén.

Parece mentira que el edificio más pequeño de la línea tenga tanto para comentar, y debemos dejar para una segunda parte el resto de edificios y la forma de explotación de la estación. Hasta cuatro cargaderos de carbón en su entorno daban lugar a complejas maniobras en un espacio reducido donde además tenían lugar frecuentes cruces de trenes.

Vídeo de Matarrosa, por Juan A. García:

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