Abierto el melón de las inmensas instalaciones ponferradinas del ferrocarril de la M.S.P. con el texto del mes anterior, continuamos con la estación de Ponferrada y abrimos el objetivo para conocer su entorno inmediato, antes de acercarnos a los talleres, lavadero y resto de zonas.
El edificio de estación
Contamos en los artículos sobre el Museo del Ferrocarril de Ponferrada, actual uso del edificio de estación, que, en origen, esta construcción contaba con dos alturas en mitad de su planta y una altura en la otra mitad, como ocurría con Villablino. Y como en el caso de la estación lacianiega, y otras como Toreno, fueron ampliadas a lo largo de los años. Ponferrada alcanzó la simetría convirtiéndose en un edificio de dos alturas, con cubierta a dos aguas con cumbrera paralela a las fachadas más largas. Y de pizarra, como resulta casi obligatorio en El Bierzo.
Parecida a la anterior, pero no igual, otra imagen antigua con la estación y alrededores en construcción. |
Esta evolución del edificio explica que en su mitad exista un grueso muro de piedra, antigua separación en la segunda planta, siendo este el material de los muros del edificio, siempre revocado y en la actualidad pintado en tonos grises
El museo y su entorno ya están terminados. Estamos en 1999. El edificio de la estación fue restaurado inicialmente con colores amarillo y rojo. |
La fachada lado calle disponía de cuatro huecos y la del lado vía seis, todos ellos puertas de dos hojas rematados en arcos de medio punto acristalados. Hoy varios de ellos han sido convertidos en ventanas al realizarse la transformación del edificio en museo. En las puertas del lado derecho de la fachada a las vías (Referidos desde dentro de la estación) aparecían como elementos sobresalientes de la uniformidad de la fachada la campana y el reloj de andén, marcando el lugar de trabajo del factor (A secas, pues también está el puesto de factor de circulación ubicado en otra parte del recinto). Este factor vendía los billetes a través del ventanuco de la taquilla conservado aún en el actual museo y también daba la orden de marcha a los trenes de viajeros. De los trenes de mercancías en ocasiones también, pero no siempre, y a veces esta autorización la daba incluso un guardagujas.
Del lado calle, una de las puertas daba acceso a las escaleras a la planta superior, donde se encontraban la oficina del jefe de movimiento y la oficina administrativa del ferrocarril (Que ocupaba las tres ventanas que aparecen con toldos en algunas fotografías). En el lateral lado oficinas se encontraban, y aún se conservan, dos estrechas puertas de acceso a los retretes, en forma repetida a otras estaciones de la época en el resto de la línea, al igual que el óculo que remata la fachada en su parte superior, a la zona bajocubierta.
El entorno de la estación
La estación marcaba el punto kilométrico 0,0, origen del ferrocarril hacia Villablino, y está situada a 511 metros de altitud. La línea arranca en horizontal y en recta, de longitudes 604 y 650 metros respectivamente, para acometer luego una rampa de 12 milésimas en 650 metros que incluye dos pequeñas curvas de alineación para seguir sensiblemente rectos y en horizontal hacia el encuentro con el paso a nivel de la antigua carretera nacional N-VI.
A la derecha de las vías se encontraba el edificio de oficinas de MSP, de cuatro plantas, muros de piedra vista, con 5 ventanales rectangulares a la fachada mayor y dos a la menor, más un sótano usado como archivo de documentación. En este edificio, entre múltiples departamentos, estaba la oficina de vías y obras. Esta calle se nombró con los años “Vía nueva”, y desde noviembre de 2014 Calle Juan García Arias, último alcalde republicano de Ponferrada, pero también ferroviario, que murió fusilado en 1936.
Edificio de oficinas de MSP meses antes de ser derribado, en 1999. Al fondo a la izquierda todavía se conservan los edificios de viviendas que también serían derribados. |
El edificio de oficinas fue derribado y sustituido por un gran bloque que conserva la imponente presencia del anterior, pero de mayor tamaño y dedicado a viviendas y bajos comerciales.
Actualidad en el entorno del museo: El edificio en sus tonos grises y el nuevo edificio sustituto de las oficinas MSP. Febrero 2024. |
Más adelante se encontraban dos edificios de tres plantas dedicados a viviendas. El más cercano recibiendo el apodo de viviendas “de los jefes del ferrocarril”. Una de las viviendas albergó el “hospitalillo” durante un tiempo. El segundo edificio de viviendas era el dedicado a los maquinistas, que no quiere decir que todos sus habitantes lo fueran.
Esta imagen y la siguiente pertenecen al economato, de nuevo un edificio desaparecido en la actualidad y sustituido por otro nuevo de uso comercial. |
Otra pareja de imágenes, en este caso del actual colegio Valentín García Yebra. |
La pequeña plazoleta del lado población de la estación, algo apartada de la circulación de las arterias principales de Ponferrada, mantenía en su tranquilidad una centrada farola, con un basamento de granito. Justo enfrente de la estación existía una tríada de establecimientos hosteleros de gran recuerdo entre los ferroviarios. De izquierda a derecha, el bar El Túnel, el primer restaurante “Tres Portiñas” y en tercer lugar el “Cuatro Caminos”. En todos ellos el ambiente era animado, y los antiguos trabajadores aún recuerdan las visitas diarias a las tapas de pulpo del “Tres Portiñas”. La plaza hoy ya no es tal, y tras el museo del ferrocarril sí que discurre ya una vía de gran tráfico hacia el segundo puente sobre las vías del ferrocarril, creado a finales de los noventa.
Y en esta otra imagen, la plazoleta frente a la estación de la MSP. Se comprueban los huecos en fachada Sur de la estación, y las casas que se derribaron al fondo para abrir la calle actual. |
El terreno entre las vías del P.V. y las de vía ancha, hoy aparcamiento disuasorio, era en tiempos ya zona de intercambio de mercancías, aparcamiento de vehículos de obra y efímera situación de vías para transbordos. Sobre estas vías, nos informa nuestro amigo Roberto Alonso, que existió efectivamente, como citamos en el texto anterior, una vía que se trasladaba hacia el otro lado de la zanja de vías de Norte/Renfe, a donde hoy aparece el Hotel El Temple, que llegaba hasta “un parque de carbones y madera de la sierra de Los Venancios”. Los vagones pasaban con mulas, que se guardaban al lado del bar “El túnel”, donde se alimentaban con algarrobas. En tiempos de escasez no faltaba quien hiciera a los animales compartir esas legumbres….
Almacenes y otros edificios
Al lado izquierdo de las vías se erigían, de manera paralela a las vías de la estación, varias naves con distintos usos. Recordamos que la vía de más a la izquierda era la única que no disponía de andén, pero si acceso a estas naves, para facilitar el trasiego de mercancías a los vagones. Cercana a la topera, la primera de las naves se dedicaba a las mercancías de “gran velocidad”, esto es, alimentos y productos perecederos, pequeñas cargas que necesitaban un plazo de transporte ágil o urgente, en lo que viene siendo un servicio de paquetería actual. Era una nave cerrada con portones en sus cuatro fachadas, de piedra revocada como casi todo el conjunto de edificios de la zona, y tejado a dos aguas de pizarra. A su lado se encontraba un pequeño edificio dedicado a lampistería.
Rafa Fernández Llebrez captó a la P.V. 21 maniobrando a la altura de las naves de pequeña velocidad, espacio cubierto y almacén para el economato. |
Una vez más, maniobras en la estación, con el edificio de viajeros al fondo y las naves a la derecha. En esta ocasión la foto es del Dehscheibe Online Foren. |
Una nueva imagen publicada en Facebook con un tren de viajeros recién llegado. No nos engañe lo despejado del terreno a la derecha: Se trata del hueco entre las naves descritas en el texto. |
Separado de este almacén aparecía un nuevo edificio dividido en tres zonas, dos cerradas de forma similar a la nave de gran velocidad y un espacio cubierto pero diáfano en su parte central. Por orden desde la estación se trataba del espacio para mercancías de “pequeña velocidad”, el espacio cubierto, y el almacén con los productos para el economato. Al lado izquierdo de esta nave llegaba una vía de ancho ibérico, para trasiego de estos productos desde los trenes transportados por Norte y Renfe, que fue lugar en los últimos tiempos del vapor donde se apartaron algunas de las locomotoras de vía ancha.
No avanzaremos más porque nos metemos en la zona de talleres, que ya será objetivo de otro texto, pero sí que cruzamos la vía, con toda la precaución posible, porque a estas alturas, enfrente, aparece una modesta caseta que albergaba una función muy importante: Era el despacho del factor de circulación (Ahora sí) y lugar de cobijo de los guardagujas. Esta gente gestionaba las maniobras, formaba los trenes y controlaba señales y agujas.
Una última pareja de fotos: Las de Ed Kaas un día de niebla, habitual en ponferrada, con maniobras en torno a la caseta del factor de circulación. |
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