Es momento de avanzar unos metros y salir de la estación de tren de Ponferrada de la M.S.P., del lugar de donde salía el célebre tren
correo de “laminero”. Pero no viajaremos mucho. Apenas a 400 metros del
edificio de viajeros ya se encontraban las instalaciones que conoceremos en
este texto: Los talleres ferroviarios del P.V. Eso sí, tenemos que dividir el texto en dos partes, por lo complejo de esta parte, dentro de la ya extensa zona ferroviaria ponferradina.
El complejo conformado por los talleres del ferrocarril y sus instalaciones anexas eran el verdadero centro neurálgico, columna vertebral, que garantizaba el correcto servicio de la sección ferroviaria de la Minero Siderúrgica de Ponferrada. En sus naves se mantenían y reparaban locomotoras, coches de viajeros y vagones, pero también vagonetas de las redes de ferrocarril minero y hasta baldes de los teleféricos.
La dotación de los talleres era completísima en materiales y herramientas, hasta tal punto de permitir, si así se quisiera, la construcción integral de una locomotora de vapor, por ejemplo. Fue famosa, y así hemos visto en algún video, la colección de modelos de madera que permitían la fundición en metal de todas las piezas de las locomotoras. En los talleres se construyeron vagones nuevos, y también se reformaron los existentes, como la actualización de las tolvas más antiguas, o la conversión de vagones de bordes medios en tolvas. No es sencilla la descripción de un lugar tan complejo, pero lo intentaremos.
Las zonas de taller en Ponferrada
Dividiremos los conjuntos de edificios en tres zonas, de izquierda a derecha, vistos desde la zona de la estación. Apenas avanzados unos metros de la zona de andenes de la misma, los talleres se encuentran a nuestra izquierda, orientados unos 30 grados a la izquierda al respecto de la vía general.
Destaca en la zona izquierda una gran nave, de unos 60 metros de largo, con un gran letrero, “Almacenes generales”. Gran espacio donde se conservaban a cubierto las innumerables piezas y suministros de uso para el ferrocarril pero también para la empresa en general. Nos comenta el maquinista jubilado Roberto Alonso, que el material de almacenes requerido en otros centros de trabajo de la M.S.P., era distribuido a través del tren número 13, con salida a la 1.30 de la madrugada, generalmente usando la P.V. 31 que en esas horas nocturnas quedaba liberada de los trenes de viajeros, pero también con alguna Baldwin. Este tren lo llamaban “El detalle” y además de materiales de todo tipo, solía subir hacia Laciana con apeos metálicos para el interior de la mina.
A la izquierda de la nave existía el “parque de almacén”, donde se podían colocar las piezas no afectadas por su conservación a la intemperie. Y entre medias de ambos edificios, una vía con los dos anchos, ibérico y métrico, atravesaba toda su longitud, comunicando la clasificación de carbones que ya acometeremos, con el almacén del economato que ya vimos en el entorno del edificio de viajeros.
La vía poseía el ancho ibérico y el métrico a través de un carril común, una vía de tres carriles por tanto que se desarrollaba sólo entre el almacén del economato y la parte trasera de los almacenes generales. El recorrido en paralelo a esta nave estaba normalmente cerrado con verjas. Desde allí y hacia la playa de vías de clasificación ya solo continuaban dos carriles haciendo el ancho ibérico. Una segunda vía con un tendejón cubierto servía de resguardo a las locomotoras de vía ancha.
La parte trasera de los Almacenes Generales la ocupaba un tendejón cubierto en el que repostaban las locomotoras, de carbón mediante una cinta, y de agua mediante una grúa hidráulica de las tres que poseía la estación. En este tendejón también se ubicaba una gran sierra de corte de cinta.
instalaciones de La Placa. Si era necesario cargar agua en las locomotoras de vía ancha en la zona del taller, se hacía mediante manguera.Al final de este tendejón aparecía una caldera fija de vapor, procedente de la locomotora SAF 2 de vía ancha. Esta caldera, instalada según nos cuenta Roberto Alonso en los años sesenta, servía para colaborar en el lavado de las calderas de las locomotoras de vapor, y en invierno para dar calefacción al taller. Completan los edificios de esta zona los aseos y retretes, una zona de almacén de cemento y de carbón y una pequeña zona de oficinas.
Esta imagen, de autor desconocido, se trata sin duda del momento del desmontaje de la caldera, por su posición inclinada y el operario procediendo con un soplete. |
Esta vía de acopios terminaba sin topera o elemento de retención alguno a apenas dos metros de la teórica intersección con la vía ancha antes citada, pero antes, disponía de un pequeño foso de visita protegido por una barandilla. Esta parte recibió, con el paso de los años, un nuevo tendejón cubierto de estructura metálica.
Y hasta aquí llegamos en este texto. La gran magnitud y complejidad de la zona de talleres nos aconseja dividir su descripción en dos partes. Nos queda por tanto rodear y adentrarnos en los propios talleres generales, y continuar por la parte más a su derecha donde se encuentran los tendejones de vagones y coches, el taller eléctrico y otros edificios menores.
Felicidades porlas explicaciones, Daniel. Saludos
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