En el texto del mes de abril habíamos dejado a medias la descripción de la zona de talleres del ferrocarril de Ponferrada a Villablino, dentro de la serie de textos dedicados a las instalaciones ferroviarias de Ponferrada. Es momento de retomar su visita virtual, y vistos ya los alrededores y la parte de almacenes generales y vías de acopio, nos toca ahora rodear los talleres generales, verdadero "corazón" del complejo, adentrarnos en ellos (Cuidado con no mancharse) y visitar los tendejones de coches y vagones.
Los talleres generales
La zona central la ocupan los talleres generales, el edificio más grande de los de todo el conjunto. Se trata de una nave de unos 120 metros de longitud y 30 de ancho, dividido en tres partes longitudinales. Por fotografías aéreas antiguas se aprecia que la nave era más corta y se alargó por la parte trasera. La parte derecha albergaba las oficinas de taller y tracción, de dos plantas.
Antes de las reformas de portones y tendejón, parte del foso en la vía del exterior se encontraba protegida por una valla. Foto: Xavier Tomás. |
Antes de introducirnos en la nave, junto a la fachada izquierda del edificio avanzaba otra vía, paralela a la de acopios, que contaba con un foso usado para bajar ejes. Este foso se encontraba cubierto con una continuación del tejado de la propia nave. Más adelante, esta vía se usó para apartar alguna de las locomotoras fuera de uso antes de su desguace definitivo, como las PV21 o 42, y un perenne montón de chatarra.
La PV42 ya apartada y antes de ir desapareciendo poco a poco, disolviéndose entre la chatarra omnipresente en esta vía junto a los talleres generales. Foto del foro alemán Drehscheibe Online Foren. |
El foso varias veces aludido para desmontar los ejes de las locomotoras de vapor, con un apoyo hidráulico para la operación. La imagen es de Brian Syddall. |
Y por delante de las oficinas, el gran cubato de agua para suministro a las tres grúas hidráulicas de la zona (La de la vía de acopios, la centrada en las vías de entrada al taller, y la situada en la vía de acceso de la estación hacia talleres). Debajo del cubato existía una caseta de control del flujo de aguas, y otra caseta de resguardo para los agentes de recorridos.
A la llegada de las locomotoras diésel Macosa al ferrocarril, en 1981, y debido a su mayor tamaño, se efectuaron dos reformas en esta parte: Por un lado, se sustituyeron los dos portones de acceso con vía por otros rectangulares más grandes, y se instaló una nueva cobertura metálica a la parte del foso baja ejes que antes estaba al descubierto.
De autor por nosotros desconocido, la Baldwin PV7 enfrente del taller, con el portón aún sin modificar. |
El interior de los talleres
Tan solo la vía de la derecha era pasante y volvía a pasar por la parte trasera del edificio, más o menos centrada en su interior, dividiendo las distintas zonas de trabajo. La vía de la izquierda solo entraba un tramo, a la zona denominada “levante y reparación”. Desde ahí y hacia la fachada contraria se sucedían el cuarto de herramientas, las forjas, la zona de soldadura y de calderería, para acabar en un foso para la vía de ancho ibérico que entraba por la fachada trasera (Y se acabaría uniendo con la vía ancha antes descrita que atravesaba hasta la estación).
Por el otro lado, a la derecha de la vía pasante, se encontraba la zona de ajuste, los tornos, el almacén de brocas, la oficina de talleres y un pequeño tramo de vía métrica sin conexión, perpendicular, usada para el torneo de ruedas. No está de más recordar que la pulcritud, limpieza, seguridad y protocolos en cualquier taller actual no existían en la época de funcionamiento del taller de M.S.P. Un relativo caos y desorden, una impregnante suciedad grasienta, una colección de materiales y herramientas de todo tipo se encontraban entre máquinas de taller, locomotoras en reparación, puentes grúa y ocupados operarios.
Alternando el interior de la nave y el exterior cubierto, la fachada derecha, después de las oficinas, contaba con el compresor de aire, de uso en todo el taller, la fundición y el almacén de modelos de fundición.
Los cocherones
El tercer grupo de edificios, a la derecha de todos los anteriores, lo componían dos cocherones cubiertos. El más cercano a los talleres se dedicaba a cocherón de vagones, de estructura metálica pero sin tabiques. El más lejano era cocherón para coches de viajeros, pero que también custodió alguna locomotora como la pequeña PV22 una vez apartada del servicio, antes de estar expuesta frente a la nave del taller, y antes también de su traslado a un pedestal en Villablino. Este cocherón estaba parcialmente cubierto en tres de sus tabiques por un entramado de madera hasta media altura. Entre ambos cocherones de vagones y coches discurría la vía general a lavaderos.
Desde el extremo contrario a la imagen anterior, otra del fotógrafo Osco. |
Más adelante, el último gran edificio del recinto era el dedicado a taller eléctrico, después de una campa de apeas para uso en minería y otra zona con chatarra. Detrás de los cocherones se encontraba la chopera, que no tenía aprovechamiento. Simplemente eran unos chopos que estaban ahí.
Un aparatoso descarrilo en la zona trasera de los talleres. En primer lugar, el edificio del taller eléctrico, y al fondo el tendejón del taller de vagones. Foto: Archivo CFB. |
Todo el recinto está salpicado además por pequeñas edificaciones de uso a veces efímero, como el transformador eléctrico, resguardos para el personal, aseos u otros usos.
Buenísimo, Dani. Me has trasladado al año 84, cuando conocí todo eso. Es tal cual lo relatas, a lo que hay que sumar la humanidad y amabilidad de todos cuantos empleados conocimos.
ResponderEliminarSi, chatarra, cadáveres desmenbrados de lo que fueron maravillosas locomotoras... Al principio pedías algo por lo que matarías. Despues ya te ahorrabas el tramite, entendiendo que todo lo que no se preservara iba a la chatarra. Los maleteros de los coches, volvían llenos teniendo que dejar piezas que por su peso o tamaño, eran imposibles de trasladar... En fin, vivimos el fin de una página de la historia del fertocarril que aún estamos a tiempo de reimprimir.